
Situada al norte del continente africano y fundada por Alejandro Magno en el año 332 a.C., Alejandría es sinónimo de cultura, historia y belleza. En la antigüedad fue considerado el mayor y más sublime centro cultural del mundo y hoy en día es el principal puerto de Egipto y uno de los más importantes del Mediterráneo. De igual forma, Alejandría es la ciudad más cosmopolita y con influencia occidental de todo Egipto; lo que la transforma en una ciudad vibrante y alucinante, así como tranquila y ceremonial.
Históricamente, la ciudad fue conocida por el Faro de Alejandría, considerado por casi dos milenios como una de las siete Maravillas del Mundo Antiguo. El viejo faro fue construido en el siglo III a.C. y destruido por dos terremotos que hundieron gran parte de la ciudad durante el siglo XIV; su altura era de aproximadamente 130 metros y su construcción fue planeada para guiar y proteger el camino de los marineros, y con ese fin, estaba dedicado al Dios griego, Zeus. Aunque ahora se haya perdido, el legado de la antigua estructura es tal que, después de permanecer en pie durante más de 1600 años, acabó dándole su nombre griego “Pharos” al género arquitectónico que agrupa cualquier torre con una luz diseñada para guiar a los navegantes.

De los escombros del gran faro, alzaron la Fortaleza de Qaitbay, un elemento para la defensa de la ciudad y la costa del Mediterráneo. La ciudadela fue construida durante la década de 1480 y gracias a su posición estratégica, es un gran elemento arquitectónico con relevancia militar. Durante 1882, sufrió de severos daños cuando los ingleses quisieron tomar la ciudad, pero poco tiempo después fue reconstruida y aún se mantiene firme y sublime ante la vista de los extranjeros. Hoy en día es un hermoso paseo que podemos realizar para disfrutar de las maravillosas puestas de sol que cubren el mar de naranja, y deleitarnos con la brisa marina en los meses de calor. En su interior, alberga un museo marítimo y un acuario con especies pertenecientes a la región.
Otro de los grandes referentes de Alejandría es, sin duda, su biblioteca. El fundador de la ciudad, Alejandro Magno, llegó a la costa egipcia con una única misión: construir un imperio de conocimiento; por ello, comenzó con la construcción de lo que sería la biblioteca más grande del mundo, donde resguardaron al menos medio millón de piezas de cuanto sabio habitó la Tierra. Pronto, esta magnífica construcción se convirtió en el epicentro del conocimiento y fue considerada la capital cultural del mundo. Desafortunadamente, la grandeza de la biblioteca tuvo un declive y eventual desaparición, esto se debió al constante cambio de poderes que vivió la ciudad, pasando de griegos a romanos, después cristianos hasta llegar a musulmanes. La ciudad padeció de constantes asedios bélicos y entre tantos, la biblioteca fue un daño colateral de los incendios, lo que acabo por completo con el gran acervo que se poseía.


Dos mil años más tarde, una nueva Biblioteca de Alejandría fue edificada. En 1989, la ONU inició la financiación de este nuevo edificio, y tras doce años de obra, en 2001, se inauguró un nuevo espacio de 80 mil metros cuadrados, de los cuales 20 mil corresponde a la sala de lectura, la más extensa del mundo. La nueva construcción de la antigua, cede del conocimiento, sirvió para que grandes naciones se involucra a contribuir a la causa y dotar de grandeza este nuevo recinto. Por ello, la visita a la Biblioteca de Alejandría es una parada obligatoria para los amantes de la cultura en cualquiera de sus expresiones, ya que el cúmulo dentro de la biblioteca almacena no solo libros, también, antigüedades llevadas de Grecia; un museo de ciencia, patrocinado por Francia; equipo de cómputo estadounidense y la creación de un centro de investigación, liderado por un grupo de expertos de Italia y Egipto.
En una hermosa parte de la ciudad que no debemos perdernos al visitar Alejandría está el barrio de Montaza, una zona muy distinguida por el color verde de sus paisajes y los numerosos palacios que, en algún momento de la historia, fueron residencias reales. El más icónico es el Palacio de Montazah, construido a principios del siglo XX por Khedive Abbas II, tiene una mezcla de la arquitectura turca y florentina, dotándolo de una torre central inspirada en el Palazzo Vecchio de Florencia. Además de su estructura, el palacio posee uno de los jardines más bellos de toda la ciudad. Los Jardines de Montazah tienen vista a un tramo de la costa y su tamaño es de 3000 metros cuadrados, cubiertos con todo tipo de árboles y plantas, e incluso plantas tropicales difíciles de encontrar. Los visitantes pueden disfrutar de los recorridos que llevan a la playa o simplemente descansar en el césped verde y disfrutar de un delicioso picnic.
Si bien Alejandría es un paraíso en la tierra, situado a menos de dos horas encontramos El Alamein, un pueblo portuario con arena blanca y mar turquesa, una combinación especial para todos los amantes de la tranquilidad y la belleza. Además de su historia faraónica, El Alamein constituye un referente a la historia contemporánea, puesto que en sus playas se libraron batallas cruciales de la Segunda Guerra Mundial. En el pequeño pueblo portuario podemos visitar sus memoriales y museos, los cuales nos muestran otra cara de la guerra.

Pero independientemente de este episodio que cambió para siempre la ciudad, esta localidad es muy privilegiada a nivel natural, con playas de fina arena blanca y aguas claras que ahora se han convertido en una perfecta zona de baño para los numerosos resorts que se han abierto en los últimos años. Como el caso del Golden Ocean Hotel, un complejo turístico con cabañas en el agua y encantadoras vistas que aprovechan por completo todo lo que el mar Mediterráneo tiene para ofrecer. Otro de los puntos referentes para disfrutar el esplendor y apacibilidad del mar que baña la costa es el Porto Marina, donde grandes y pequeñas embarcaciones provenientes de otras ciudades atracan, por lo que es una zona turística con tiendas, restaurantes y un ambiente más abierto. Si bien no es posible nadar en sus aguas, sí es un buen punto de interés para disfrutar de los atardeceres y de la buena comida.
Gracias a la creciente afluencia de turismo y al impacto positivo que está teniendo para Egipto, se prevé que grandes inversiones, tanto extranjeras como locales, comiencen a desarrollar esta pequeña ciudad en la costa del mediterráneo. Las proyecciones estiman que muy pronto se convertirá en un lugar turístico de clase mundial, que ofrece el esplendor de playas suaves y sol brillante, bañado de cultura e historia.

Alejandría fue por mucho tiempo el epicentro de una gran nación, y aunque por muchos años fue saqueada y olvidada, hoy en día es un paraje paradisiaco que ofrece a los turistas diversas actividades y un clima favorable. Además, su cercanía con el Cairo y el Nilo, brinda grandes tours a las pirámides; pero la ciudad sigue siendo un lugar tranquilo y perfecto para descansar y recargarnos de energía gracias a la fresca brisa marina.