
Deja las zapatillas para seguir su sueño universitario


Desde los 3 años de edad, Angélica Vázquez Esquinca se enamoró de la danza clásica, teniendo como primer ejemplo e inspiración a su hermana Miranda, a quien veía practicar en el instituto IDAM. Aunque su corta edad era un obstáculo para poder comenzar a aprender sobre la complejidad del ballet, su persistencia logró convencer a la maestra Paty Marina, dándole la oportunidad de unirse al centro.
En el transcurrir del tiempo demostró que tras el esfuerzo y la disciplina llega el éxito, siendo una de las mejores alumnas de su clase, y logrando ser la bailarina principal de presentaciones como “El cascanueces”, “El lago de los cisnes”, “Coppélia” y “Giselle”. Su pasión por el ballet ha sido mucho más grande que cualquier obstáculo en esta disciplina, demostrando su capacidad en programas como Youth America Grand Prix, donde asistió a la clase de becarias y demostró que la complexión física no determina el talento.
“El IDAM es para mí, una segunda casa; he estado ahí toda mi vida. Como diría mi querida maestra Paty, fue ahí donde nací como bailarina, porque mi madre llegaba embarazada de mí para ver bailar a mi hermana; en esos salones di mis primeros pasos y ahí comencé el sueño que me motivó por muchos años”.


En esos días exhaustos en los que a la par tenía que presentar exámenes o en aquellos en los que enfermaba, su motivación se centra en continuar perfeccionando cada técnica. Ahora, más que nadie sabe que su esfuerzo se ha ido reflejando en gratas experiencias. Fue ganadora del 1. ° lugar en su categoría, 2. ° lugar general en el segundo Encuentro de Danza en Chiapas, y se ha presentado en importantes eventos culturales del gobierno del estado.
Angélica es una joven con muchos sueños, que hoy pausa uno de ellos, para iniciar una nueva etapa en su vida. Actualmente, tiene 17 años de edad y cursa el 5.° semestre de preparatoria en el área de físico-matemático, donde está encaminando sus habilidades académicas para dar lo mejor de sí en la carrera de Arquitectura.




“Ha sido una formación de mucha disciplina, constancia, perseverancia, pasión y muchos retos. Mi mamá siempre me ha dicho: “sé la mejor en donde quiera que estés”, una frase que siempre llevo en mi mente para superarme a mí misma”.
Hoy en día puede decir que, tras superar varios obstáculos y retos como bailarina de ballet, se siente satisfecha y orgullosa de todos sus logros. Además, se queda con la satisfacción de que su maestra Paty le dijo: “Tú has superado a la maestra”. Su familia la admira profundamente por su trayectoria artística y desean que siga cosechando éxitos, pero ahora universitarios.