
Narcisista, excéntrico, megalomaníaco e innegablemente genial, Salvador Dalí fue sin duda uno de los personajes más controversiales del Siglo XX por su talento y personalidad. Considerado como uno de los pintores españoles más célebres por ser el principal exponente del movimiento surrealista, Salvador Dalí fue poseedor de una vida y obra fascinantes, donde el talento y la locura se unen para crear mundos fantásticos forjados con una imaginación sin límites.
Nació en la ciudad española de Figueras como Salvador Doménec Felip Jacint Dalí Doménech el 11 de mayo de 1904 en el seno de una familia aristocrática. Nueve meses antes de nacer, su hermano mayor falleció de una complicación gastrointestinal, por lo que sus padres decidieron ponerle el mismo nombre: Salvador. Con tan sólo cinco años, sus padres lo llevaron a la tumba de su hermano y le dijeron que él era su reencarnación, algo que él llegó a creer firmemente y le causó una crisis de identidad.
A los doce años descubrió la pintura en la ciudad de Cadaqués durante una visita familiar en la que conocieron al pintor Ramón Pichot y a su familia. Pichot les dio el consejo de enviar a Salvador a clases de pintura con el maestro Juan Núñez, y tan pronto como dos años más tarde ya estaba participando en exposiciones colectivas en su pueblo natal Figueras y en Barcelona. En 1922 ingresó a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid, llamando muy pronto la atención de sus compañeros con sus obras cubistas y su personalidad excéntrica, algunos de estos compañeros se convertirían en futuras figuras del arte español como Federico García Lorca y Luis Buñuel. Lo expulsarían de la Academia durante sus exámenes finales en 1926 al exclamar que nadie en el instituto estaba en condiciones de examinarlo, aunque en realidad su intención era evitar graduarse para que su padre lo siguiera manteniendo en la escuela. Ese mismo año viajaría a París y conocería a Pablo Picasso, a quien le profesaría una profunda admiración.



En esta época Dalí experimentó con varios estilos artísticos como el dadaísmo, el academicismo clásico e incluso combinaría las vanguardias con el arte renacentista. Sus influencias principales fueron Rafael, Zurbarán, Johannes Vermeer y Diego de Velázquez, empleando sistemas modernos con técnicas clásicas, lo cual causó críticas y elogios de la prensa.
Pocos años más tarde conoció a su futura esposa Gala, quien entonces estaba casada con su amigo poeta Paul Eluard. La familia de Dalí se opondría a la unión y lo desheredaron por el hecho de que Gala era diez años mayor que Salvador y se trataba de su segundo matrimonio. Sin embargo, Dalí le profesaría un amor incondicional hasta el día de su muerte a pesar de las constantes infidelidades de Gala; incluso Dalí le compró un castillo en Púbol a unos cincuenta kilómetros de su residencia en Port Lligat, pero debía recibir una invitación por escrito para visitarla en el castillo, donde Gala recibía a varios de sus amantes como el actor del musical Jesucristo Superestrella Jeff Fenholt.
«La única diferencia entre un loco y yo es que yo no estoy loco».



Su comportamiento excéntrico lo convirtió en una de las grandes personalidades del Siglo XX. Muchas son las anécdotas que se cuentan de Dalí, por ejemplo, en la Exhibición Surrealista de Londres de 1936 apareció en el auditorio en el que impartiría su cátedra vistiendo un traje de buzo antiguo, a fin de representar su existencia en el profundo océano del subconsciente, no obstante, sus fans no se dieron cuenta que se estaba sofocando dentro del traje, imaginando que los desesperados movimientos que hacía pidiendo ayuda eran parte de su presentación; finalmente el poeta David Gascoyne vino al rescate del pintor. En 1955 condujo un Rolls Royce con 500 kg de coliflores a bordo desde España hasta París, y al ser cuestionado sobre el motivo declaró que le atraía enormemente la curva logarítmica de las coliflores, ¡todo termina en una coliflor! En los años sesenta tuvo un ocelote de mascota llamado Babou, el cual lo acompañaba a todas partes y llamaba la atención de todos; cuando un comensal en Manhattan se quejó de la presencia del felino, Dalí le respondió seriamente que se trataba de un gato normal que él mismo había pintado como una de sus obras.
El status que adquirió como celebridad del mundo del arte le permitió incursionar en la industria del cine junto a las más importantes figuras de la época. Colaboraría con Luis Buñuel en las películas «Un perro andaluz» y «La edad de oro», mientras que con Alfred Hitchcock realizarían la cinta «Spellbound» y junto a Walt Disney trabajaron en el cortometraje «Destino». Mostraría dotes para la literatura, primero contando su vida en varios libros autobiográficos como “La vida secreta de Salvador Dalí”, “Diario de un genio”, “Dalí por Dalí” y “Confesiones inconfesables”; además escribiría varios libros como “La femme visible”, “La conquête de l’irrationel”, “Babaouo” y “Rostros Ocultos”, entre otros. El mundo de la moda tampoco se libró de su genio artístico; junto a la legendaria Elsa Schiaparelli colaboró en la confección de un vestido blanco con una langosta estampada y en 1950 diseñó “un vestido para 2045” junto a Christian Dior, además de excéntricos cinturones y sombreros.
Para 1980 su salud ya estaba deteriorándose seriamente como resultado de la enfermedad de Parkinson, cuyos temblores le imposibilitaban pintar. Dos años más tarde el Rey de España lo nombraría Marqués de Púbol, honor que el artista respondió con el último de sus dibujos hecho para el monarca titulado «Cabeza de Europa», el cual le entregó cuando le visitó en su lecho de muerte. Finalmente, el 23 de enero de 1989 Salvador Dalí falleció tranquilamente mientras escuchaba su pieza musical favorita: Tristán e Isolda de Richard Wagner.
«De ninguna manera volveré a México. No soporto estar en un país más surrealista que mis pinturas».