
Comienza un nuevo año y con él damos inicio a los nuevos propósitos; y por qué no, que el practicar yoga sea uno de estos. Aquí te dejo algunas razones por las que debes de comenzar a incluir a esta maravillosa práctica en tu rutina diaria.
Nos mantiene en forma. Por lo general todos tenemos el propósito de comenzar el año nuevo haciendo ejercicio, y las razones más comunes son por bajar los kilitos ganados en las fiestas y por cuidar la salud. Por estos motivos es muy común que encontremos los gimnasios llenos en el primer mes del año; pero el verdadero problema es que a veces no se tiene idea de qué actividad física es la más adecuada para iniciar, por eso déjame contarte por qué el yoga es una buena opción para lograr este objetivo, porque si bien esta práctica no está considerada como una actividad física aeróbica (aquella que quema calorías
y grasa), sí te puede ayudar a activar tu metabolismo, además de aumentar la masa muscular asociada a una mayor quema de calorías, esto debido a que el músculo es un tejido activo que consume energía y, cuanto mayor sea éste mayor será el consumo de calorías ayudando también a reducir volumen y tonificar el cuerpo.
Te recomiendo realizar un yoga activo y dinámico como el Hatha Yoga o Vinyasa Yoga por lo menos tres veces a la semana.
¡Libera felicidad! Las posturas del yoga estimulan áreas muy específicas del cuerpo y del cerebro, liberando muchas más endorfinas (la hormona de la felicidad).
Cambia los sentimientos. Las emociones
negativas dejan huella en nuestro cuerpo, pero a través de las secuencias del yoga, liberamos toda esta energía negativa estancada, dándole espacio a una nueva emoción.

El yoga es equilibrio, orden, precisión y bienestar.
Conectamos profundamente. La integración de la mente, cuerpo y espíritu crean una unión en donde entendemos que nuestra felicidad depende de nosotros mismos.
Vives plenamente. Cuando realizas la práctica comienzas a cultivar el poder de estar más presente, y cuando estamos presentes en el aquí y ahora es que podemos disfrutar más las cosas, los momentos y la vida. Sólo es cuestión de escucharnos porque las respuestas han estado siempre con nosotros.
Mejoramos las relaciones. No sólo nos tonifica, hace más fuertes o flexibles, sino también nos permite encontrar paz y tranquilidad en nuestro interior y a mejorar las relaciones, porque nos hace más conscientes de cuáles son los patrones que le hacen daño a nuestras relaciones, ayudándonos a cambiarlos.
Reduce la ansiedad y el estrés. Cuando hacemos yoga con regularidad, el ritmo, su filosofía y movimiento provocan un aumento en la producción de dopamina y la oxitocina, lo que nos ayuda a sentirnos más relajados y preparados para gestionar mejor cualquier situación estresante y de ansiedad que se nos presente en el día a día.
Aumenta la calidad del sueño y ayuda a dormir mejor. La respiración que se realiza durante la práctica incrementa la oxigenación de las células. Al respirar de manera profunda y a un ritmo pausado provoca una ralentización en el ritmo cardíaco relajando los músculos y el sistema nervioso, ayudando a relajarnos y a conciliar el sueño.
Anímate a dejarte cautivar y experimentar estos cambios haciendo yoga. Invita a tu pareja, amigos o hijos porque hacer esto en compañía será también una experiencia enriquecedora. Las secuencias y herramientas a practicar serán diferentes dependiendo de lo que quieras cultivar y de las necesidades de tu cuerpo.
Acércate a un profesional para saber el tipo de yoga que te hará mejor.
ALEJANDRA ROCHA ROSALES
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