martes, septiembre 26, 2023
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    LEYMAH GBOWEE

    LA VOZ DE LA PAZ.

    A menudo he contado historias de mujeres que han construido un camino de éxitos en el mundo empresarial y que ahora dirigen importantes compañías, pero esta ocasión es especial, pues en celebración del Día Internacional de la Paz, les compartiré hechos importantes de la vida de una mujer que ha luchado por su nación y que con sus acciones ha logrado ser unas de las heroínas de la paz, y que sin importar las diferentes nacionalidades, clases y religiones que hay en el mundo ha trabajado contra la guerra en sociedades para defender los derechos humanos, ella es Leymah Roberta Gbowee, quien puso su vida y esfuerzos por la paz y estabilidad de Liberia.

    Leymah Gbowee nacida el 1 de febrero de 1972 en Monrovia, Liberia, es ahora reconocida como una activista africana que con mucho esfuerzo y valentía comenzó un movimiento pacifista que logró poner fin a la segunda guerra civil en Liberia en 2003, lo que posteriormente posibilitó que, en el año 2006, la economista y política Ellen Johnson Sirleaf se convirtiera en la primera mujer africana elegida democráticamente para dirigir el país liberiano.

    Aunque la vida actual de la activista está rodeada de reconocimientos e importantes funciones, antes vio de cerca las consecuencias de la Primera (1989) y la Segunda Guerra Civil Liberiana, dos conflictos que dejaron miles de muertes y gran número de desplazados. En 1989, cuando ella tenía 17 años de edad se vio obligada junto a su familia a mudarse de su hogar para después llegar a un campo de refugiados en Ghanam, donde comenzó su interés por ayudar a las personas afectadas por las guerras, dando asistencia a niños soldado del ejército de Charles Taylor para superar el trauma que la guerra civil les estaba dejando.

    Durante los siguientes años, Leymah tuvo cuatro hijos en una relación en la que comenzó a vivir abusos, violencia y privaciones por parte de su pareja. Fue así que viviendo un momento de violencia en su país y en su matrimonio, se dispuso a poner un alto a esa vida, luchando por su paz y la de quienes la rodeaban.

    En 1996 cuando la Primera Guerra Civil Liberiana había terminado, el Fondo de Emergencia de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) inició un programa para capacitar a trabajadores sociales para ayudar a otros a recuperarse del trauma de la guerra, a lo que Leymah no dudo en inscribirse, pasando así sus días asesorando a mujeres que habían sido violadas por soldados y a niños que habían visto asesinar a sus padres. Posteriormente, se unió a la primera organización regional de paz de África, la Red de África Occidental para la Construcción de la Paz (WANEP por sus siglas en inglés), donde con sus acciones e ilusiones de ver a su país recuperarse fue elegida como líder de la organización. Más tarde ayudó a fundar la Red de Mujeres en la Construcción de la Paz (WIPNET), y se convirtió en coordinadora del programa Iniciativa de Mujeres Liberianas de la Red. Cabe mencionar que ella no recibía ningún pago por su participación, lo que la mantenía ahí era el simple hecho de proteger a los habitantes de su país.

    La activista cuenta que, en una ocasión Dios le habló en su sueño, diciéndole: “¡Reúne a las mujeres y ora por la paz!”. Después de ese momento comenzó con la Acción Masiva por la Paz de Mujeres de Liberia, en la que con ayuda de sus aliados reclutó a mujeres cristianas y musulmanas para organizar manifestaciones que iban en contra del gobierno de Charles Ghankay Taylor, quien estaba siendo cómplice de asesinatos, violaciones a niñas y mujeres, y del reclutamiento de niños soldado que también eran tratados como esclavos para extraer diamantes. El movimiento inició de manera local, pero con el tiempo más mujeres comenzaron a unirse para ser partícipes de protestas como la “Huelga sexual”, con la cual estaban convencidas que detendría la Segunda Guerra Civil Liberiana, pues eran los hombres, quienes estaban generando la violencia. Sorprendentemente, en el 2003 la huelga puso fin al conflicto, por lo que a Laymah Gbowee como responsable y líder del movimiento le fue otorgado el Premio Nobel de la Paz en 2011.

    “En el pasado nosotras éramos silenciosas, pero después de haber sido asesinadas, violadas, deshumanizadas, e infectadas por enfermedades, y viendo a nuestros niños y nuestras familias destruidas, la guerra nos ha enseñado que el futuro yace en decir ¡NO a la violencia y SÍ a la paz! No pararemos hasta que la paz prevalezca”.

    Después de haber visto 14 años de sufrimiento en su país y de haber obligado Charles Taylor a renunciar, la activista se dispuso a estudiar el concepto de “justicia restaurativa” y la resolución de conflictos en la Eastern Mennonite Royals en Virginia, EE. UU., para después regresar a Liberia y a ayudar a reducir los daños que habían generado las dos guerras a las víctimas. En 2006, mientras estudiaba una maestría en la UEM, fue invitada a las Naciones Unidas, donde tuvo la oportunidad de conocer a la filántropa Abigail Disney, quien le propuso que fuera el personaje principal del documental que hablaría de su movimiento y que llevaría por título Reza para que el diablo regrese al infierno. Éste fue rodado en 2008 y premiado como Mejor Documental en el Festival de Cine de Tribeca 2008. Además, en el 2011 publicó su autobiografía con el nombre de Poderosos sean nuestros poderes: Cómo la hermandad, la oración y el sexo cambiaron una nación en guerra.

    A lo largo de estos años, la liberiana ha recibido numerosos galardones y distinciones como el premio John F. Kennedy Profiles in Courage y la Medalla de Distinción de Barnard College. Leymah con 49 años, tiene 8 hijos y está felizmente casada con Jay Kesselee Fatormah; y actualmente se desempeña como Directora Ejecutiva del programa Mujeres, Paz y Seguridad del Instituto de la Tierra de la Universidad de Columbia en Nueva York, EE.UU. Además de desempeñarse como miembro de la defensora de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y de alúmina para las Naciones Unidas y la Junta Asesora de Alto Nivel de la ONU sobre Mediación. Asimismo, es miembro del Consejo Mundial para los Refugiados (WRC), la Red de Mujeres Líderes Africanas para la Salud Reproductiva y la Planificación Familiar, del Comité Honorario Internacional del Instituto Global de la Biosfera, del Comité de Selección del Premio Aurora y del Jurado del Premio Humanitario Hilton.

    Desde luego, Leymah es una inspiración y motivación para aquellas personas que han pasado por situaciones como la de ella, así como de quienes deseamos que los conflictos entre países lleguen a su fin. Difundir historias como la de la activista liberiana siempre traerá consigo una satisfacción, pues el saber que ella no esperaba ni espera una recompensa monetaria por sus acciones, sino un pago de bienestar humano; es inhabitual.

    “Creo que hay un momento en la vida de todos, en el que te empujan tanto contra la pared que tienes dos opciones: permitir que esa pared te trague o contraatacar”.

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