
Cuando pensamos en papá, viene a nuestra mente el estereotipo imperante en occidente de hombre igual a dureza, severidad y fuerza. El pensar en un papá dedicado a las tareas del hogar y a los cuidados de los hijos es todavía difícil, sin embargo, los tiempos han cambiado, y en la actualidad vemos una imagen diferente ellos, pues cada día se integran e involucran más con los hijos y labores del hogar, sin desatender su trabajo, esto, junto con las demandas sociales y ritmos actuales; lo que resumido puede generar estrés.
La buena noticia es que al igual que nuestras mamis, el yoga tiene muchos beneficios para nuestros papis. Sabemos que en general los hombres de casa suelen guiarse por el prejuicio social de que “la práctica del yoga es cosa de mujeres”, pero es tiempo de que esta creencia termine, ya que los beneficios de esta disciplina no están destinados para un solo género o para una determinada edad.
Los padres también requieren ser apreciados y reconocidos como individuos, por ello asegurémonos de valorarlos, pues se lo merecen. Ellos trabajan muy duro y rara vez obtienen el reconocimiento; comencemos con elogiarlos reconociendo su esfuerzo y dedicación, eso ayudará a su autoestima, será un soplo de aire fresco para ellos y, qué mejor que platicándoles e introduciéndolos en el yoga. Al practicar esta disciplina no sólo se relajará y reducirá su estrés, aprenderá a autoevaluar su ser, disfrutará el momento al punto de desarrollar mayor conciencia para ser mejor persona. A lo mencionado podemos resumir que el yoga no es simplemente una disciplina física de posturas, sino que va más allá, una de sus mejores enseñanzas es vivir el momento actual.
Inicia en familia
Si papá nunca ha tenido la experiencia de esta maravillosa práctica, lo más recomendable es que comiencen en familia, ya que juntos ayudarán a fortalecer sus vínculos mientras se apoyan y se divierten. Un hombre puede mejorar mucho más la relación padre e hijo al unir emociones reales de ambos, además de tener un tiempo más placentero y entretenido con él. ¡Es momento de que comiencen a realizarlo!
Estas son algunas posturas con las que pueden trabajar los hijos con papá:
Mantengan cada postura por 10 respiraciones enfocándose en su cuerpo. Sugiero agregar tantas demostraciones de amor como se pueda a la clase.
- Tadasana y Tiryaka tadasana: es una postura básica de pie en el que se estiran los brazos hacia el cielo y con un estiramiento lateral (aquí pueden hacerlo a lados contrarios para lograr tocar manos).
- Padahastasana o Postura de las manos a los pies: estando parados en Tadasana se inclina el cuerpo hacia adelante llevando las manos a los pies, tratando de pegar el tronco a los muslos y la frente a las piernas.
- BaddhaKonasana o Postura del ángulo restringido: sentados juntan las plantas de los pies y acercan los talones lo más posible al perineo, manteniendo el torso bien erguido; posteriormente, se toman los pies con ambas manos y con los codos se toca la parte alta del interior de los muslos, se llevan las rodillas hacia el suelo y se inclina el torso hacia adelante.
- Vrikshasana o Postura del árbol: párate derecho con los brazos al costado del cuerpo, dobla la rodilla derecha y lleva el pie derecho al muslo de la pierna izquierda; la planta del pie deberá acercarse a la raíz del muslo. Asegúrate de que la pierna izquierda esté firme, una vez encontrado el equilibrio inhala y sube los brazos sobre la cabeza, junta las palmas en el mudra “Namaste” (las palmas se tocan), mantén la vista fija y la firmeza en el cuerpo, asegúrate de que tu espalda esté recta. Todo tu cuerpo debe estar firme como un elástico estirado. Continúa inhalando y exhalando por la nariz.

- Dhanurasana o Postura del Arco: una vez relajado boca abajo, dobla las piernas hacia atrás y tómate de los tobillos con las manos, respira profundo y levanta al mismo tiempo la cabeza, pecho y muslos del suelo.



- Bhungasana o Postura de la cobra: túmbate boca abajo, presiona tus palmas contra el suelo a la altura de tus hombros, usa los músculos de tu espalda para elevar tu cabeza y el torso superior, luego estira tus brazos, arquea la sección torácica de tu columna vertebral y mira hacia adelante.
- Shabasana o Postura del cadáver: se debe permanecer acostado boca arriba tratando de relajar (lo más posible) todas las partes del cuerpo. En la relajación el cuerpo yace como un muerto y la mente en paz. Durante la relajación final, los niños pueden acostarse lado a lado junto a sus padres tomados de las manos e incluso sobre sus padres e incorporando para la relajación abrazos y besos.
