
En la actualidad los enormes rascacielos y la modernidad son lo que más sobresalen de la nación asiática que pasó de ser una de las islas más pobres a uno de los países más ricos del mundo. A finales de 1965, Singapur se encontraba en el margen de un colapso económico y social, el cual pronosticaba un tardío desarrollo; sin embargo, poco después surgió el “milagro económico” iniciado por el abogado, estadista y político Lee Kuan Yew, quien, por 30 años durante su cargo como Primer Ministro de Singapur, diseñó y ejecutó un amplio programa con políticas y reformas que dejó atrás lo que él describió como el “pozo negro de la miseria y la degradación”. Es a partir de ese momento cuando se inicia el modelo que por seis décadas ha demostrado ser uno de los más envidados, dado que gracias a este la ciudad-estado se ha convertido junto a Corea del Sur, Hong Kong y Taiwán en uno de los Cuatro tigres asiáticos (o los cuatro dragones asiáticos), además de uno los centros financieros más importantes.
Con el emblema del capitalismo, Singapur posee prosperidad económica, es elogiada por tener las mejores calificaciones en el sistema de salud, se caracteriza por su persistencia en el vínculo de la educación con el desarrollo económico y tecnológico, y es considerada como una ciudad futurista por ser altamente industrializada. Entre sus edificios más imponentes se encuentra el Marina Bay Sands, uno de los hoteles más lujosos y llamativos, pues su excéntrica estructura consta de tres edificios con 57 plantas cada una y de un parque aéreo que abarca hasta los extremos de cada torre, el cual cuenta con jardines, piscina y restaurantes. Asimismo, tiene a disposición de sus huéspedes y visitantes un centro de convenciones, casino, dos teatros, un centro comercial, y el ArtScience Museum que hace semejanza a una flor de loto y en el que presentan galerías de artistas reconocidos, como Vincent Van Gogh, Salvador Dalí o Leonardo da Vinci; así como eventos y actividades enfocados en la física, biología marina, astronomía, etc. A Marina Bay Sands le fue concedido el galardón de Best Tall Building Awards y el “10 Year Award” por su imponente y peculiar arquitectura contemporánea.
Si hablamos de su turismo urbano podemos hacer referencia al Gardens by the Bay (Jardines de la Bahía), un espectáculo botánico de 101 hectáreas divididas en tres secciones: la Bahía Sur, Bahía Este, y Bahía Central. Para su construcción en el año 2012, se requirió de un presupuesto de 1035 millones de dólares, los cuales fueron destinados para desarrollar los caminos, puentes, y los dieciocho “superárboles” que durante el día aprovechan los rayos del sol para generar energía que al anochecer se utiliza para la iluminación del parque (simulando la fotosíntesis). Esta bioconstrucción también cuenta con dos exuberantes invernaderos: Flower Dome, el cual tiene en su interior cientos de flores de todos los lugares del mundo; y el Cloud Forest que se distingue por recrear zonas tropicales, tal como el Cloud Mountain de 35 metros de altura con cascadas artificiales y vegetación. Tras casi 9 años de su construcción se ha vuelto tan popular por su combinación de elementos naturales con el tema futurista, que hasta ahora tiene a la venta su propia marca de helados.


A orillas del río Singapur se puede caminar, comprar, y degustar de platillos en el colorido Clarke Quay que anteriormente fungía como almacén para descargas del muelle auxiliar. Ahora en la zona se concentran diversos restaurantes, bares y tiendas; además de ser el punto de inicio para abordar a un crucero o taxis fluviales para recorrer, contemplar y descender en el Theatres on the bay, en el Singapore flyer, el Po Chiak Keng (Tan Si Chong Su) o en el Cavenagh Bridge. Cabe destacar que su nombre es en honor Andrew Clarke, quien gobernó a Singapur y lo posicionó como uno de los puertos comerciales más importantes del sureste asiático.

Un tema más que contemplarle es la impecable limpieza de sus calles, pero esto se debe a que su cultura está basada en el orden y la perfección, y aunándole las costosas multas por comer chicle, escupir o tirar cigarrillos al suelo.



Entre otros de los sitios qué admirar se encuentra Little India, un barrio étnico que nació de la cultura Tamil del sudoeste de la India. La comunidad hindú que habita estas calles hacen honor a las tradiciones de sus antepasados, resaltando el olor incienso, sus trajes típicos, entre otros productos que se centran en la India real. La fidelidad a su cultura ha hecho que en la actualidad se vean templos y mezquitas para la práctica del hinduismo, tales como el Sri Veeramkaliamman y el Srinivasa Perumal, los cuales destacan por sus asombrosas y coloridas estructuras, así como por tener una gran variedad de pinturas y esculturas de dioses y diosas. A unos minutos más se puede llegar a el Arab Quarter (barrio árabe), otro de los barrios más atractivos que se formó con la inmigración musulmana; y aunque no es tan extensa como la anterior, se acentúa por la imponente silueta de la Mezquita del Sultán (Masjid Sultan) declarado monumento nacional en 1975 y denominado como uno de los edificios religiosos más importantes de Singapur. Con el paso, se pueden apreciar restaurantes musulmanes y casas con el estilo y decoración árabe.
La ciudad- estado no sólo se ha vuelto icónico por sus enormes rascacielos, sino también por el valor turístico que les ha dado a sus islas más pequeñas, particularmente a la Sentosa (paz y tranquilidad en malayo), isla que se encuentra en su costa sur y que está cubierta por un 70% de selva tropical. En la actualidad los singapurenses la consideran como la zona ideal del entretenimiento y diversión; sin embargo, unos años atrás durante la Segunda Guerra Mundial, los británicos la utilizaron como una fortaleza y base militar. Además de destacar por su entorno natural y playas, en la isla Sentosa se puede disfrutar de los campos de golf y del parque temático Universal Studios Singapore.
Con el paso del tiempo, la isla asiática ha dado lugar a una sorprendente evolución económica y estructura productiva dando como ejemplo el cómo ser la ciudad del futuro, y dejando en claro que es el mejor lugar para vivir un estilo de vida bastante bueno. La también conocida Perla de Asia juega un papel importante en el escenario económico internacional, pues sus rápidas transformaciones han llamado la atención de más inversionistas. Desde que Lee Kuan se centró en la lucha contra la corrupción, la libertad económica, la reforma del sistema de salud, la reforma educativa, entre otros ejes; no ha parado de crecer.
“No teníamos el mejor plan, pero teníamos uno, lo seguimos y nos comprometimos con él”. Lee Kuan Yew, padre de Singapur.