lunes, marzo 20, 2023
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    LOS SÍNTOMAS DEL OCÉANO

    El medio marino es parte fundamental del sustento de la vida humana, ya que es uno de los ecosistemas más grandes, representando un 70% de la extensión de la Tierra. Sorprendentemente es un factor que influye en el clima, que ejerce un rol importante en el ciclo de la formación del agua, además de albergar una asombrosa variedad de especies de animales y vegetales, como cientos de organismos unicelulares, de los cuales según expertos, hasta el momento se han descubierto alrededor de 230.000 especies marinas (identificadas), una tercera parte del ecosistema acuático.

    Si el tema del cuidado de las aguas residuales domésticas se ha vuelto tan importante en los últimos años, ahora imagínense lo preocupante que es la falta de conciencia ante la conservación del ecosistema marino, pues evidentemente este medio es el que abastece y satisface las necesidades básicas de la humanidad, esto además de que hay una gran diversidad de vida en él, desde el organismo más pequeño al animal más grande. Irónicamente vamos a decir que no contaminamos de forma directa, pero la excesiva sobreexplotación de los recursos de Tierra Firme ha repercutido negativamente en la salud de los ríos, mares y océanos. Hemos encontrado las maneras para afectar a este medio de forma directa e indirecta, comenzado por nuestra excesiva generación y acumulación de carbono en la atmósfera, puesto que por si desconocían, estudios de la Comisión Oceanográfica Intergubernamental (COI) de la UNESCO han demostrado que los océanos fungen un papel sustancial para la regulación del clima en la Tierra por medio de su absorción del dióxido de carbono (CO2), lo que señala que la combustión del carbón, petróleo y gas, así como el uso de automóviles, la tala y quema de bosques, y el acelerado crecimiento de las empresas industriales son los responsables de la acidificación de los océanos, lo que agiliza el cambio climático y provoca el desequilibrio de la vida de los grupos de especies marinas. Así, lo corrobora la Dra. Grethel Aguilar, Directora General Interina de la UICN: “La escala de los daños que el cambio climático está causando en los océanos es evidente. A medida que los océanos pierden oxígeno, al calentarse, el delicado equilibrio de la vida marina se desmorona”.

    No es sorprendente que, los humanos tengamos que ver en su contaminación, pues de manera que buscamos una “mejor calidad de vida” alteramos el ciclo de vida de los recursos naturales. A esto nos conduce a la segunda acción más contaminante: la basura, aquellos desechos que arrojan en las calles y que por efecto de lluvias terminan en los mares y océanos, al igual que aquella que “olvidaste” a orillas de la playa en tus vacaciones. El descuido e irresponsabilidad deliberada del destino final de los plásticos es un tema que biólogos marinos y activistas ambientales mencionan sin cansancio, pues esperan que los demás se den cuenta de la gran diferencia que se puede lograr al mitigar el consumo y desperdicio de estos. Cabe mencionar que con esta acción se pone en riesgo a los animales que habitan en el agua, pues como hemos visto en diversos documentales la mayoría de la basura se descompone muy lentamente, lo que hace que sea más fácil que una tortuga, pez, ballena o delfín (por mencionar algunos) ingieran algún tipo de desecho plástico, lo que muy probablemente les haga padecer desnutrición, reducción de tasas de crecimiento o incluso la muerte como resultado del bloqueo en su intestino. Por otra parte, pueden enredarse en ellos durante su desplazamiento o migración.

    Desafortunadamente existe una tercera actividad que afecta al hábitat marino y a sus organismos: la sobrepesca. Estudios científicos recientes nos han mostrado que, esta actividad humana provoca una alteración en la cadena trófica marina y que está llevando a muchas especies al peligro de extinción. La industria pesquera en su proceso de crecimiento y competencia por la extracción y por el brindar alimentos al hombre está golpeando fuertemente a la vida acuática, creando un colapso en sus hábitats. Uno de los métodos de pesca más destructivos es el arrastre de fondo, el cual se utiliza con mayor frecuencia, pero que afecta considerablemente al suelo marino y que captura especies no objetivo. Sumándole a lo ya mencionado, no hay que olvidar la repercusión de las toxinas de las aguas residuales domésticas o de las fábricas que de igual manera terminan ahí.

    Si ahora que tan sólo se ha “explorado con éxito” el 5% de los océanos y que hemos afectado considerablemente a su salud, no quiero imaginar el cómo será en años más adelante, ya que si no actuamos ahora el agua que aún existe ya no será suficiente para sostener al mundo, pues hay que considerar que de todo sólo el 2.5% es agua dulce. Aunque la naturaleza se esfuerce por recuperarse a sí misma llegará un momento en que tardará años, décadas o incluso siglos para restaurarse.

    Tu actuar será la solución o el peligro de la naturaleza.

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