
Todo gran poder conlleva una gran responsabilidad y ciertos riesgos. Por ejemplo, el privilegio de gestar una vida en el vientre puede traer para algunas mujeres una dificultad. Seguramente has escuchado acerca de la depresión posparto, ya que de acuerdo a la Panamerican Health Organization (PAHO) en su informe de junio 2018, indica que esta situación afecta hasta al 56% de las mujeres latinas en México y Estados Unidos durante los primeros cuatro meses tras el parto, y tiene una incidencia del 15% a nivel mundial; dada su relevancia se incluyó en la quinta edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales con el nombre de “Trastorno depresivo durante el período perinatal”, el cual puede suceder de moderado a intenso en la mujer después del nacimiento de su bebé. Generalmente ocurre dentro de los primeros tres meses, pero puede llegar a presentarse hasta un año más tarde.
Se desconoce la causa exacta de la depresión posparto, sin embargo, se tienen identificados múltiples factores que pueden influir en el estado anímico de una mujer que acaba de dar a luz, como los siguientes:
- Los cambios en los niveles hormonales durante y después del embarazo.
- Cambios en el cuerpo a raíz del embarazo y el parto.
- Cambios en las relaciones laborales y sociales.
- Tener menos tiempo y libertad para sí misma.
- Falta de sueño.
- Preocupaciones acerca de su capacidad para ser una buena madre.

Existen personas más susceptibles a la depresión posparto como mujeres menores de 20 años; aquellas que consumen alcohol o alguna sustancia adictiva; las que no planearon el embarazo o tuvieron sentimientos contradictorios referentes a este; las que han tenido depresión, trastorno bipolar o un trastorno de ansiedad antes del embarazo o en un embarazo anterior; quienes vivieron un hecho estresante durante el embarazo o el parto, por ejemplo, una enfermedad, muerte o padecimiento de un ser querido; mujeres que han tenido anteriormente un parto difícil, de emergencia, prematuro o una enfermedad o anomalía congénita en el bebé; aquellas que tienen una mala relación con la pareja o son solteras; las que tienen problemas financieros o de vivienda y quienes tienen poco apoyo de sus personas más cercanas.



El embarazo implica muchos cambios en la mujer, además del fisiológico y a medida que avanza se hacen más notorios en sus hábitos y rutina, en su autoconcepto y autoestima, o en su vida social. A menudo se presenta de manera natural una “tristeza posparto” que dura aproximadamente 2 semanas inmediatas al nacimiento del bebé, que es el periodo más intenso de adaptación para la madre y su hijo. Pasando este lapso se debe estar atenta a cualquiera de los síntomas que se presentan a continuación y acudir a psicoterapia:
- Su tristeza posparto no desaparece después de 2 semanas.
- Los síntomas de depresión se vuelven más intensos (agitación e irritabilidad, cambios en el apetito, sentimiento de inutilidad o culpa, sentirse retraída o desconectada, falta de placer o interés en todas o en la mayoría de las actividades, pérdida de la concentración, pérdida de energía, problemas para realizar las tareas en el hogar o trabajo, ansiedad considerable, pensamientos de muerte o suicidio y dificultad para dormir).
- Los síntomas de depresión empiezan en cualquier momento después del parto, incluso muchos meses más tarde.
- No puede cuidar de sí misma ni de su bebé.
- Tiene pensamientos de hacerse daño a sí misma o a su bebé.
- Tiene pensamientos que no están basados en la realidad o empieza a oír o ver cosas que otras personas no ven ni oyen.
La depresión posparto no es un invento de la mujer como creen muchas personas, es algo real y se requiere de psicoterapia, ya que está relacionada con el suicidio y filicidio, y el primero es una de las causas más importantes de muerte materna durante el período perinatal. Si por algún motivo no se ha acudido a psicoterapia es importante que la mujer:
- Solicite ayuda a su pareja, familia y amigos con las necesidades del bebé y el hogar.
- No esconda sus sentimientos. Hable acerca de ellos con su pareja, familia y amigos.
- No haga ningún tipo de cambios mayores en su vida durante el embarazo o inmediatamente después de dar a luz.
- No intente ser demasiado perfecta.
- Aparte tiempo para salir, visitar a los amigos o pasar tiempo sola con su pareja.
- Descanse lo más que pueda. Duerma cuando el bebé esté durmiendo.
- Hable con otras madres o únase a un grupo de apoyo.
Si conoces a una persona que esté pasando por una situación así, no la juzgues y si es tu voluntad ofrécele tu apoyo. Después de todo gestar una vida en el vientre y traerla a este mundo son sólo los primeros retos a los que se enfrenta una madre.

Mtra. Selene Camas Damián
Psicoterapeuta
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