
Estar a la moda puede resultar más costoso de lo que crees, y no sólo me refiero a lo económico, sino también del coste para el medio ambiente. Te preguntarás de qué manera puede resultar más perjudicial para el entorno natural si tú solo quieres vestir con lo último en tendencias. Realmente el problema no surge en que adquieras las prendas, sino en la producción y consumo desmedido de la “moda rápida”.
La industria de la moda nos ha formado inconscientemente el “compra más, usa menos” y ha contribuido a que nos convirtamos en una sociedad del consumo desesperado, ya que frecuentemente se generan artículos de uso temporal. Los actuales modelos de consumo están enfocados en adquirir lo “nuevo”, lo que causa el círculo de usar- tirar, algo que hemos adaptado a nuestro estilo de vida como un tema normal.


El adquirir, utilizar y desechar se han convertido en las tres acciones más graves de la “moda rápida”, ya que la vida útil de una prenda se ha vuelto mucho más corta. Esto se deriva por el constante cambio de tendencias, pero también por la elaboración de productos con materiales de mala calidad. Las prendas ya no suelen ser elaboradas de la misma manera que hace años, puesto que en la actualidad a la industria de la moda sólo le interesa vender en grandes cantidades, dejando en segundo plano la elección adecuada de materiales.
La Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) ha definido al sector textil como la segunda industria más contaminante para el medio ambiente, seguida de la industria del petróleo. La producción de prendas se va multiplicado conforme pasan los años y junto con ello la contaminación, así como también lo demuestran los recientes estudios ambientales que arrojan datos alarmantes.
- Para elaborar un solopar de jeans se necesitan de 7.500 litros de agua, lo que una persona puede beber en siete años.

- En un ciclo de lavado de la lavadora se pueden desprender 700.000 fibras microplásticas, las cuales después se sumergen en las aguas del mundo.


- La producción anual de algodón requiere de 200 mil millones de metros cúbicos de agua, de los cuales 50 mil millones de metros cúbicos terminan totalmente contaminados.

- Las fábricas desechan cientos de colorantes, pigmentos y sustancias químicas que contaminan ríos, lagos y mares.
Con los datos anteriores confirmamos que la elaboración de tan solo un artículo de la moda afecta al ambiente desde que se producen hasta que se desechan, causando un daño significativo a los recursos naturales y para quienes vivimos de ellos.
Se considera que el agua es un recurso renovable o inagotable gracias a su ciclo hidrológico, sin embargo, nuestro uso desenfrenado y aporte a la contaminación está provocando que dentro de algunos años pueda escasear. Recordemos que sin esta sustancia se detendrían todas las industrias, lo que causaría nuestra extinción.
La “moda rápida” definitivamente aporta a la contaminación del agua, pero ahora hay que sumarle otro de los problemas ambientales: la contaminación del aire. Un estudio realizado por la Agencia de Protección Ambiental indica que las prendas que terminan en vertederos producen grandes cantidades de emisiones de CO2 (dióxido de carbono); por ejemplo: en cada kilo de ropa quemada se libera 1.36 kilos de este gas que contribuye al cambio climático y a el calentamiento global.
No todo en la industria de la moda es malo, puesto que en términos económicos representa una de las fuentes más generadoras de empleos, así que es sumamente importante orientarla a un camino sostenible. Debemos de hacer un llamado de atención a la despreocupación de estas empresas para que puedan realizar campañas de recolección de ropa para su reciclado, para que busquen alternativas que aprovechen los residuos (PET, cartón, etc.), o que estructuren nuevos modelos de producción.

Algunas empresas ya han logrado reinventarse para el bien del planeta como Freitag, empresa suiza que ha optado elaborar bolsas y mochilas con cinturones de seguridad y lonas usadas; Ecoalf, de Japón, que ha incorporado botellas de plástico para elaborar chamarras; o H&M, la cadena sueca que ha implementado en sus sucursales un sistema de cupones de descuento a cambio de prendas que ya no sirvan o no se utilicen.
¿QUÉ PUEDO HACER COMO CONSUMIDOR?
Los consumidores (nosotros) tenemos un rol muy importante en esta situación, debemos de ser más conscientes con lo que adquirimos, puesto que de nada serviría que este sector modifique la manera de producción si nosotros no buscamos alternativas para reducir el consumo desmedido.
Hay diferentes y fáciles alternativas que puedes realizar para reducir significativamente estos daños al medio ambiente.



- Antes de comprar pregúntate: ¿Realmente lo necesito? Esta pregunta te ayudará a definir si realmente te es imprescindible.
- Adquirir ropa de segunda mano. Actualmente, hay muchos bazares en los que puedes encontrar ropa con las 3B (bueno, bonito y barato).
- Donar. Esta siempre será una de las mejores opciones, pues alargarás la vida de la prenda, además de que alguien te lo agradecerá. personal y profesional es el haber cumplido el noble objetivo para el beneficio de sus colegas.