Después de haber pasado un 2020 tan desestabilizador ya no queremos pedir al 2021 que nos sorprenda. Nos constó enfrentar el año pasado, ya que sucedieron situaciones inesperadas y hubo tantas pérdidas. Muchos vieron el vaso medio lleno, muchos otros se quedaron viendo el vaso medio vacío.
A decir verdad, queremos que muchas cosas se arreglen, que nuestra economía mejore y que podamos lograr nuestros propósitos, en general, queremos abundancia; ya sea de salud, paz, amor, trabajo, dinero, éxitos, etc.
¿QUÉ NOS IMPIDE TENER ABUNDANCIA?
- MENTALIDAD DE CARENCIA. Pensamos que tenemos poco de algo (tiempo, dinero, conocimiento, etc.) y nos aferramos a ello de una manera que nos cuesta compartir; aprendemos a dar para recibir y a depender de lo que otros nos puedan dar.
- INSATISFACCIÓN. Queremos todo y lo queremos ahora; lamentamos lo que no tenemos, lo que no podemos de momento o lo que no somos; abusamos del hubiera, del recuerdo y de la imaginación. Esa incongruencia entre la expectativa y la realidad precipita al vacío a quien se aferra a sus propios apegos.
- DAÑAR A OTROS. Desear o provocar el mal a alguien que no nos simpatiza o de quien nos hemos sentido víctimas es algo que nos daña más a nosotros mismos que al otro. Probablemente genere satisfacción, pero eso sólo alimenta al ego y refuerza los dos puntos anteriores.



¿QUÉ SE REQUIERE PARA TENER ABUNDANCIA?
- ASPIRACIÓN. El ser humano tiende siempre al bien y tiene una sed de más, porque aunque no sepa qué quiere puede sentir que algo le hace falta. Identificar qué es lo que realmente necesitamos nos ayuda a tener aspiraciones más realistas y satisfactorias que reduzcan la brecha entre lo ideal y lo real.
- INSPIRACIÓN. Si algo no te agrada puedes siempre proponer otras alternativas de solución. Una aspiración es algo que surge en un momento, pero la inspiración es algo que hay que mantener en la consecución de lo que queremos.
- OCUPACIÓN. Si ya Identificaste lo que quieres y te estás motivando en tu propósito, hay que poner manos a la obra, porque querer sin hacer sí empobrece el espíritu. Para generar abundancia hay que ser determinado, que no es lo mismo que ser obstinado por lo mencionado en el punto de insatisfacción.
Cuando vibras en abundancia te sientes bien contigo mismo, en sintonía con todo y todos los que te rodean, no esperas nada de nadie, puedes ver las bendiciones que recibes con cada momento difícil en tu vida.
Hay que ver más allá de lo evidente para apreciar y valorar la belleza que se encuentra en los detalles, la verdad que se evidencía en la congruencia, la unidad que habita en el universo y la bondad que a veces viene detrás de un infortunio o del sufrimiento más profundo.
Lograrlo no depende de usar ropa interior de algún color específico en año nuevo, tampoco de un esfuerzo sobrehumano, es más una cuestión de perspectiva, actitud y trabajo diario.