

Una buena alimentación solo se puede lograr con una dieta balanceada, la cual permite satisfacer nuestras necesidades reales de energía y nutrientes. Una dieta no es más que un conjunto de alimentos que, además de llenar los requisitos del paladar y la satisfacción, debe de contar con los nutrimentos requeridos por el organismo para que este pueda cumplir sus funciones fisiológicas de crecimiento y desarrollo.
La alimentación saludable constituye uno de los principales factores de promoción y mantenimiento de una buena salud durante toda la vida. La dieta inadecuada es uno de los principales factores de riesgo de aparición de las principales enfermedades no transmisibles como las cardiovasculares, el cáncer, hipertensión, hiperglucemia, dislipidemias, sobrepeso u obesidad o la diabetes mellitus.
Las investigaciones epidemiológicas han demostrado una estrecha relación entre la alimentación y el riesgo de desarrollar enfermedades no transmisibles, es por eso que es de suma importancia mejorar nuestra dieta con un modelo de alimentación saludable, ya que contribuye a un excelente estado nutricional y a una mejor calidad de vida.
Actualmente, vivimos una doble carga de mala nutrición que incluye la desnutrición y la alimentación excesiva. Se caracteriza por la carencia de diversos micronutrientes esenciales en nuestra dieta, en particular de hierro, ácido fólico, yodo y vitamina A. La mala nutrición, en cualquiera de sus formas, presenta riesgos considerables para la salud humana.
El incremento del sobrepeso y la obesidad en todo el mundo alcanza cifras pandémicas y constituye uno de los principales desafíos para la salud. Personas de todas las edades y condiciones se enfrentan a este tipo de mala nutrición, lo que aumenta las enfermedades relacionadas con el régimen alimentario.
Debemos incluir en nuestra dieta diaria alimentos funcionales; los alimentos se han agrupado por su función nutritiva de la siguiente manera:
ENERGÉTICOS – Su función principal es la de aportar energía al organismo. Los seres vivos para subsistir necesitan un continuo aporte de energía, la cual la encontramos en los carbohidratos.
CONSTRUCTORES O REPARADORES – Su función es construir o reparar células y tejidos, e integrarse a los sistemas enzimáticos y hormonales. El nutriente principal de estos alimentos es la proteína y sus aminoácidos constituyentes, que pueden ser de origen animal como la leche, huevos y las carnes (res, cerdo, carnero, conejo, aves, pescado) o de origen vegetal como leguminosas y frutos secos.
REGULADORES – Su función es la de actuar como catalizadores en el metabolismo. Los nutrientes principales son las vitaminas y minerales; los alimentos que los contienen son las frutas, los vegetales u hortalizas.


Tener una dieta saludable es el reflejo de buenos hábitos y de amor propio, además nuestra piel y cabello lo agradecen, puesto que los nutrientes de todos alimentos saludables nos aportan las vitaminas necesarias para lucir radiante y con energía. Para saber balancear los alimentos es necesario realizar una visita a un nutriólogo certificado, ya que cada plan de alimentación se debe de ajustar a las necesidades de cada paciente.

Roxana Guadalupe Gómez Melgar.
Lic. En Nutriología
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