Las madres que son amas de casa no trabajan.
Algo totalmente injusto, es no considerar a ese sector de la población como madres trabajadoras, porque los miles de mujeres que permanecen todos los días en casa realizan un gran esfuerzo para hacer las labores del hogar, logran maravillas con el presupuesto que tienen y atienden las necesidades de sus hijos las 24 horas del día, porque se les indica que “es el único trabajo que tienen”.
La mamá que se queda en casa es muy trabajadora y mal pagada. Por citar un ejemplo: se quiebra la cabeza para escoger la comida, la prepara y la sirve con amor, para que uno que otro hijo le pregunte si no hay otra cosa qué comer, porque eso no le gusta, cuando ni la ha
probado siquiera.
Las madres que trabajan en línea no tienen un trabajo en
serio.
Los avances tecnológicos nos han abierto más el abanico de posibilidades para gestionar nuestro tiempo y combinar distintas actividades de una manera que beneficie nuestra calidad de vida. Por medio de las redes sociales podemos observar a personas que pasan mucho tiempo viajando y a la vez generando ingresos, pero eso no significa que siempre haya sido así, para llegar a ese punto hubo un gran
esfuerzo previo, y definitivamente es un trabajo tan serio como creativo.
Las madres deben escoger entre familia o empleo, negocio
o profesión.
Hasta el momento, no ha llegado a mi consultorio una sola madre que tenga un negocio o un empleo, que no haya sentido culpa por haber dejado llorando a su hijo pequeño, por haberse perdido algún evento de su hijo en la escuela o por haber permitido un distanciamiento con su hijo adolescente a causa de su horario laboral o de la rutina. Las mamás que tienen un empleo por necesidad se preguntan a menudo ¿a qué le debo dar prioridad?, la verdad es injusto que una mujer tenga que escoger entre ingreso o familia.
La situación económica familiar orilla a muchas madres a dejar a sus hijos solos en casa, en guarderías o con alguna otra persona; o si una mujer quiere realizarse profesionalmente, en algunos casos debe contemplar que probablemente deba convivir menos tiempo
con sus hijos para escalar dentro de una empresa o concentrarse en su negocio. Eso se ha visto tan normal en los varones a lo largo de
la historia que no se les juzga, porque no se espera de ellos que se queden en casa cuidando a sus hijos y atendiendo los menesteres del
hogar.
Reflexión.
Cuando una madre llega a casa después de haber estado mucho tiempo en su trabajo y recibe malas actitudes por parte de alguno de sus hijos, se atribuye inmediatamente la culpa. Por otro lado, cuando la madre se queda en casa, es muy probable que al mismo tiempo que
se dedica a hacer las actividades del hogar y atender a sus hijos, esté pensando en que pudiera estar haciendo otro tipo de actividades que
siempre quiso, o podría estar generando ingresos. Quienes dedican mucho tiempo a un empleo o negocio tienden a dar mayor tiempo
de calidad, están más pendientes del desarrollo intelectual, emocional y social de los hijos; la vida de una madre no puede ser siempre una
constante renuncia a los deseos personales, puesto que al final del día la madre tendrá siempre en su mente y en su corazón a sus hijos.

Mtra. Selene Camas Damián
Psicoterapeuta
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