
Cuando nos referimos al movimiento impresionista frecuentemente vienen a nuestra mente los grandes pintores franceses que encabezaron esta revolución artística, tales como Claude Monet, Paul Cezanne, Edgar Degas y Pierre-Auguste Renoir; sin embargo, en otros rincones de Europa la influencia impresionista resonó en la obra de muchos artistas de gran talento, cuyas obras posiblemente no sean tan celebradas, pero que indudablemente constituyen verdaderos tesoros del arte.
Tal es el caso de Peder Severin Krøyer, un pintor nacido en Noruega pero que es considerado uno de los artistas daneses más talentosos de todos los tiempos por haber residido gran parte de su vida en aquel país. Nació en 1851 en la ciudad noruega de Stavenger; no obstante, su madre perdió su custodia por la imposibilidad de cuidarlo, por lo que sus tíos se encargaron de criarlo y lo llevaron a vivir a Copenhague, Dinamarca. Con tan solo nueve años comenzó con su formación artística con un tutor privado, y al año siguiente ingresó en el Instituto Técnico de Copenhague.
A los 19 años ingresó en la Real Academia Danesa de Arte, donde tuvo como maestro a Frederik Vermehren, un pintor realista danés reconocido por la calidad de sus retratos. Pronto fue galardonado con una medalla de oro, lo que significaba que recibiría una beca para continuar con sus estudios artísticos.
La primera vez que expuso una de sus obras fue en una exhibición colectiva en el Palacio de Charlottenburg de Berlín, donde mostraría muchas de sus obras en los años posteriores. El fabricante de tabaco y coleccionista de arte Heinrich Hirschsprung fue el primero en comprar una de sus obras, continuando con su mecenazgo durante muchos años. Las obras del mecenas danés luego se convertirían en la base de la colección del Museo Hirschsprung de Bellas Artes en Copenhague.
Al inicio de su carrera fue un gran admirador de Diego Velázquez; sin embargo, entre 1877 y 1881 se dedicó a recorrer Europa perfeccionando, madurando y evolucionando su técnica, absorbiendo la influencia de varias corrientes artísticas. En París, recibió clases del pintor realista León Bonnat, un especialista del retrato naturalista, pero serían los impresionistas franceses quienes resonarían profundamente en sus obras.
Las hermanas Benzon. Tarde de verano en Skagen.
A su regreso a Dinamarca en 1882, Krøyer pasaría los siguientes veranos en el pequeño pueblo costero de Skagen, una pintoresca comunidad al norte de la península de Jutlandia donde se asentaron varios pintores e intelectuales destacados como Georg Brandes, Holger Drachmann, Michael y Anna Ancher y el Premio Nobel de literatura Henrik Pontoppidan, entre otros.
Durante un viaje a París en 1888, Peder se reencontraría con Marie Martha Triepcke, una pintora danesa con quien se casaría y juntos, se mudarían permanentemente a la ciudad de Skagen. Marie, la ciudad y sus personajes se convertirían en los temas preferidos del pintor, plasmando bellas escenas del entorno natural y de la convivencia de la comunidad.
En 1888 produce un óleo de gran formato titulado “¡Hip Hip Hurrah!”, en el cual plasma magistralmente una reunión de artistas en la casa de Michael Ancher, en la que los invitados se divierten alegremente brindando con champaña. Sin lugar a dudas, Peder se inspiró en el famoso cuadro de Pierre-Auguste Renoir de 1881 titulado “El almuerzo de los remeros”, en el cual el pintor francés retrata a un grupo de sus amigos divirtiéndose en el restaurante Maison Fournaise a orillas del río Sena.

Durante la siguiente década las obras de Krøyer se centraron en escenas muy relajadas de su esposa Marie en el jardín y a orillas de la playa de Skagen, las cuales constituyen algunas de las piezas más emblemáticas del arte danés. En 1892 pintó su famosa obra titulada “Una noche de verano en Skagen”, en la que retrató a su esposa y a su perro paseando por la playa a la luz de la luna. Al año siguiente vendría mi cuadro favorito del artista, conocido como simplemente “Rosas”, en el que plasma una bellísima escena en la que su esposa se encuentra plácidamente leyendo el periódico a la sombra de un rosal del jardín de Madame Bendsen. La forma en que el artista maneja la luz y las sombras es claramente impresionista, con un maravilloso despliegue de verdes en la vegetación.
A pesar de que en las escenas de Peder y Marie en Skagen la pareja parece gozar de una vida plena y tranquila, el matrimonio de los pintores se fue deteriorando a partir de 1900 como resultado de la enfermedad mental de Peder. Lamentablemente, ese año el pintor ingresó al Hospital Mental de Middelfart, en lo que sería la primera de muchas estancias. El divorcio de la pareja sucedió en 1905 y Peder falleció prematuramente a los 58 años en 1909 debido a complicaciones relacionadas a la sífilis que padecía desde hacía varios años. No obstante, su prematura partida, su obra es extensa y ampliamente valorada por los coleccionistas y los museos más importantes del mundo, los cuales lo celebran como uno de los mejores artistas nórdicos de todos los tiempos.
Marie en el Jardín. Marie en el Jardín de Skagen. Rosas. Lunch en el hotel.