En 2019, el grupo de investigación y análisis del semanario inglés The Economist realizó una lista, convocando a varios expertos, para establecer qué ciudades del mundo son las mejores para vivir. Por segundo año consecutivo, Viena, la capital de Austria, fue la galardonada. Se tomaron en cuenta varios puntos para determinar tal resultado, como el nivel de vida que tienen sus habitantes, el grado de criminalidad, la eficiencia de los transportes, el acceso a la educación y a la medicina, estabilidad económica y política, entre otros.
Además, Viena cuenta con un importante patrimonio artístico y cultural. Esta ciudad europea se viste con la historia de los grandes músicos y compositores que ahí deslumbraron con su talento, como Mozart, Beethoven, Johann Strauss II, Franz Schubert, Vivaldi, Salieri, y más. Al caminar por sus calles y palacios se respira la música, la pintura, la danza y el arte en general. Asimismo, la capital austríaca tiene una riqueza histórica y arquitectónica, pues hay una gran diversidad de bellas edificaciones de distintos tiempos y tipos de arquitectura. Todo esto hace que Viena sea uno de los destinos más hermosos de Europa para los viajeros.
Viena, que significa “pico” o “cima”, es una de las ciudades más antiguas de Europa y fue fundada por los celtas cerca del año 500 a. C. Después formó parte del imperio romano cuando se extendió por ese continente en el año 13 a. C. Se encuentra al pie de los Alpes y a orillas del Danubio, el río que atraviesa diez países (desde Alemania hasta Ucrania). Se distingue por haber sido el lugar donde vivieron los Habsburgo, de donde surgieron Francisco I y María Teresa, padres de María Antonieta (la última reina de Francia) y de donde provino Maximiliano, emperador del Segundo Imperio Mexicano.

Debido a su antigüedad y amplia historia, Viena se caracteriza por sus encantadores palacios imperiales. Entre ellos se encuentra el Palacio de Schönbrunn, también llamado el Versalles vienés. Tanto las salas y pasillos como los hermosos jardines invocan una majestuosidad increíble. Ahí se encuentra uno de los invernaderos más bellos del mundo, el cual alberga más de 4,000 especies de plantas.

Sus habitaciones decoradas con un estilo rococó hacen que el lugar se vea lujoso. Fue construido en el siglo XVII, cuenta con 1,441 salas y fue utilizado como residencia de verano por la familia imperial. Cabe mencionar que en el exterior del palacio también se encuentra el zoológico más antiguo del mundo y el Museo de Carruajes Imperiales, donde se albergan más de 170 vehículos, entre carruajes, sillas y trineos (algunos de ellos pertenecieron a reyes y demás personajes de la nobleza). En 1996, todo el conjunto fue considerado como patrimonio de la humanidad por la UNESCO.
El Palacio Hofburg, que también es conocido como el Palacio Invernal, se construyó en el siglo XVIII y fue residencia de los Habsburgo en invierno durante 600 años. Este palacio es uno de los más grandes de Viena con 2,600 habitaciones. Es un complejo residencial que actualmente se conforma de imprescindibles lugares, por ejemplo, ahí se aloja el despacho del presidente de Austria, el Museo Sisí (donde se pueden apreciar diversos objetos, vestidos y retratos de la emperatriz Isabel de Baviera), la Escuela de Invierno de Equitación y la Biblioteca Nacional de Austria, la cual es la biblioteca barroca más grande que existe en todo el mundo, tiene más de ocho millones de libros y papiros y una colección de objetos antiguos y globos terráqueos. Además, es calificada como una de las bibliotecas más hermosas del planeta, ya que está decorada con atractivas esculturas de mármol, famosas pinturas y frescos.
El Palacio Belvedere es otro de los legados imperiales más sobresalientes de Viena. Se construyó en el siglo XVII y fue la residencia de verano del príncipe Eugenio Francisco de Saboya. Se compone de dos palacios, está unido por un inmenso jardín francés simétrico de tres niveles y adornado con hermosas zonas verdes, fuentes y bellas esculturas. Actualmente es un museo en el que se resguardan importantes obras de arte, como “el beso” de Gustav Klimt.
Uno de los lugares más maravillosos y visitados por los turistas de todo el mundo es la Catedral de San Esteban. Esta es la arquidiócesis y la iglesia principal de Viena. Está construida sobre las ruinas de dos iglesias anteriores y cuenta con una torre con forma de aguja de 137 metros de altura a la que se puede accesar a través de una escalera de caracol, para tener un panorama espectacular de toda la ciudad. Esta iglesia de arquitectura gótica cuenta con un techo decorado con más de 250,000 piezas de azulejos de distintos colores. En su interior tiene un colosal órgano, el cual fue tocado por el gran Mozart cuando era organista de la corte; aquí también fue el lugar de bautismo, boda y funeral del compositor austriaco.
Stadtpark es uno de los parques más antiguos de la ciudad, ya que fue inaugurado en 1862. Este hermoso centro de convivencia, construido con un estilo inglés y que mide alrededor de 65,000 metros cuadrados, está dividido por el rio Wien (las dos partes están unidas por pequeños puentes). A pesar de estar en el centro de Viena, es un lugar en el que la amplia variedad de especies vegetales y el verdor de sus grandes espacios abiertos hacen desconectarte de la urbanidad.
El Prater, un parque público de atracciones, se caracteriza por tener la Noria Gigante de Viena, la cual fue construida en 1897 con motivo del 50 aniversario en el trono del emperador Francisco José.

En Junio de 2016, esta construcción metálica que pesa aproximadamente 430 toneladas y tiene un diámetro de 61 metros fue nombrada por la Academia de Cine Europeo como uno los “tesoros de la cultura cinematográfica europea”, ya que películas de Hollywood se han filmado ahí, por ejemplo, Alta tensión y El tercer hombre. Al lado del parque se puede visitar el Museo Prater, donde se pueden apreciar objetos de entretenimiento y ocio, como muñecos ventrílocuos y una gran colección de fotos de los seres humanos más extraños del mundo.
La Ópera de Viena es uno de los lugares imprescindibles que los turistas deben visitar, ya que es uno de los centros artísticos más importantes del mundo. La vida musical de Austria se concentra ahí. Este teatro fue inaugurado en 1869 con la presentación de una obra de Mozart. Cuenta con un auditorio con espacio para 2,800 personas y su costo para entrar es de 4 euros (84 pesos mexicanos) en asiento general y 150 euros (alrededor de 3,000 pesos mexicanos) en las mejores butacas.
Hay una zona de la ciudad donde se puede encontrar un bloque residencial llamado Hundertwasserhaus, su nombre se debe al arquitecto que lo diseñó, Friedensreich Hunderwasser. Este complejo habitacional tiene un aspecto muy particular ya que parece un colorido rompecabezas en el que el suelo no es recto sino ondulado. En el interior de las habitaciones crecen árboles y sus ramas emergen por las ventanas. Frente a las casas de colores se encuentra un pequeño centro comercial, construido con el mismo estilo, y el Museo Hunderwasser donde se exhiben las obras del artista.
Es importante mencionar que Viena tiene más lugares qué ofrecer, estas obras arquitectónicas que aquí se dieron a conocer son de las más emblemáticas y populares. Las calles de la ciudad están inundadas de diversas cafeterías donde se puede descansar, platicar y comer a gusto. La capital austriaca tiene numerosos museos y además hay un sinfín de festivales donde la expresión artística se vuelve unas de las cosas más importantes en toda la ciudad, por algo a Viena también se le conoce como la capital mundial de la música, ciudad del vals, la capital cultural de Europa, etc. Sin dudas, una de las ciudades más bellas del mundo; pues también ofrece una excelente calidad de vida a sus habitantes y una maravillosa estancia a sus visitantes. Si te gusta el arte, el frio, la cultura, los palacios y jardines, indudablemente, Viena es el mejor lugar del mundo para visitar, y por qué no, para vivir.